Ordino es la parroquia que mejor ha sabido conservar y respetar el entorno natural. A 1.300m de altitud, en una superficie de 85 km2, donde un 33% del territorio son bosques y con una población de 4.000 habitantes, el paisaje se presenta como un valor único. Sin duda, representa un ejemplo de integración de la sociedad contemporánea en plena naturaleza con una división del territorio formada por ocho poblaciones: Ordino, Sornas, Segudet, Ansalonga, Serrat. En todos ellos, las tradiciones y las costumbres de la vida rural conviven con una oferta turística de calidad pensada para toda la familia.

Según el orden protocolario, Ordino es la tercera de las siete parroquias que integran Andorra. En el siglo IX, en el acta de consagración de la catedral de Urgell aparece por primera vez Ordino con el nombre de Hordinavi.

Históricamente la base de la economía de Ordino ha sido la agricultura y la ganadería. Durante el siglo XVI se potenció la industria de la fragua catalana y este hecho provocó un aumento de la deforestación de los bosques para obtener el carbón vegetal, utilizando estos espacios para la agricultura. La mina de Llorts, las de Sedornet y los Meners de Ransol alimentaron las fraguas de Ordino. La industria siderúrgica se convirtió en el principal motor económico de Ordino y de Andorra en general, hasta mediados del siglo XIX cuando empezó a decaer. El valor de la industria ha perdurado en los tiempos en forma de patrimonio cultural con la Ruta del Hierro en Andorra, un itinerario transfronterizo que incluye el País Vasco, Cataluña, Andorra y Francia y que recibió la mención de honor del Consejo de Europa en el 2004

Ordino aporta a Andorra algunas de las personalidades mas ilustres de su historia con nombres como Antoni Fiter, de Casa Rossell, autor del Manual Digest sobre los usos y las costumbres andorranas, y Guillem de Areny-Plandolit, promotor de la nueva reforma con la aplicación de la cual provocó cambios profundos en las instituciones.